La recién estrenada Informe para nadie de Juan Radrigán, en la dirección de Andrés Céspedes, es tanto la reescritura del fin del mundo como la del origen. Tres personajes en escena deben resolver si ser los últimos humanos en la tierra o ser los primeros de una nueva raza; pero, a diferencia de las películas con la factura hollywoodense, los últimos sobrevivientes no son jóvenes atléticos dispuestos a salvar el mundo, sino son personajes decadentes, que no resuelven el sentido de ser los últimos habitantes, así como tampoco se deciden a ser los primeros de una nueva generación de personas.
Vale la pena preguntarse por qué el interés de poner en el escenario el fin del mundo, un tópico bastante recurrente en la literatura y el cine. Parece haber aquí una lectura del sacrificio, no el sacrificio cristiano que tiene fe en la humanidad, sino el sacrificio de lo humano que luego de dos mil años entendió que el problema son ellos mismos.
En la voz de los personajes, la obra de Radrigán reflexiona a partir de preguntas sobre la existencia de dios, el sentido de la vida, la muerte de la muerte, el cuerpo de la mujer. Estas preguntas, que en el borde de la vida pierden sentido, Informe para nadie las resuelve desde lo absurdo, con diálogos cargados de humor, incorporación de una especie de duelo de payadores y canciones que ilustran la discusión en la que están inmersos.
En la voz de uno de los personajes se dice que nunca pudimos decidir el destino de nuestra existencia. Lo que hay en ese momento es el final de la humanidad, producto de la falta de rumbo, de la pasividad de las personas ante los sucesos importantes, de la reproducción de la violencia incluso en las relaciones íntimas. Un llamado al público a reflexionar sobre su presente y su entorno, porque aquí, en este mundo, todavía somos millones de personas, todavía no se derrumban las ciudades.
El mayor miedo de los personajes es la soledad: “Hubo un momento en el que el lugar más poblado de la tierra fue la soledad”, señalan. La soledad es la muerte, es la extinción de la raza humana, es ser el último hombre en la tierra. Es ese miedo, ridiculizado en la obra, el que provoca la violencia, derrumba ciudades, viola mujeres, mata a personas inocentes, mata incluso a quienes queremos.
La obra presenta un Santiago derrumbado. Se puede ver en el escenario la cabeza de la virgen del cerro San Cristóbal en un costado, utilizada como cueva, emulando la vida en las cavernas, el nuevo inicio de una civilización que está a punto de extinguirse. El único alimento visible es un manzano, que ilustra la paradoja de la obra. El alimento como fuente de la vida es también el fruto prohibido, ¿es acaso la vida humana el verdadero pecado original?
Informe para nadie
http://www.m100.cl/programacion/espacio-patricio-bunster/informe-para-nadie/
Dramaturgia: Juan Radrigán
Dirección: Andrés Céspedes
Elenco: Sergio Schmied
Silvia Marín
Daniel Alcaíno
Escenografía e iluminación: Esteban Sánchez
Vestuario: Jorge “chino” González
Música: Alejandro Miranda
Asistencia de dirección: Iván Fernández
Producción: Rienzi Laurie
FUNCIONES
Matucana 100
21 de agosto al 13 de septiembre, los días jueves, viernes y sábados a las 20:30 Hrs. Domingos a las 19:30 hrs.