Hoy tenemos el honor de publicar dos trípticos del gran poeta portugués Herberto Helder, traducidos por el escritor y editor Galo Ghigliotto, quien además nos ofrece una breve semblanza de este autor discreto y tremendo, poco conocido en Chile, pero que Editorial Usach está en proceso de comenzar a traducir.
Herberto Helder (1930-2015) ha sido uno de los poetas indispensables de Portugal. En vida se dedicó a diversos oficios –periodista, bibliotecario, traductor, entre otros– que le permitieron desarrollar una obra amplia y profunda, lo que le ha valido ser considerado como “el mayor poeta portugués de la segunda mitad del siglo XX”. Su vida siempre estuvo rodeada de un halo de misterio, por el hecho de negarse a dar entrevistas, dejarse fotografiar o recibir premios, como el Fernando Pessoa, que rechazó en 1994. La única vez que Helder concedió una entrevista se la concedió a sí mismo, en la desaparecida revista Luzes da Galiza. Allí declara que “se escribe un poema debido a la sospecha de que mientras lo escribimos ocurrirá algo”, que busca una poesía de preguntas y no de respuestas porque “cualquier respuesta sería un acto de arrogancia”, que su poesía se asienta en la idea del ejercicio de “el poder de descomponer la palabra del mundo, es decir: la realidad, por más que no sepamos qué son poder y realidad” y acaba por decir que “no hay nada que enseñar, aunque esté todo por aprender”. Entre sus libros de poesía destacan A Colher na Boca (1961) –al que pertenecen los poemas aquí presentados–, O Bebedor Nocturno (1968), Photomaton & Vox (1979), los cuentos Os Passos em Volta (1963), entre otros. La obra completa de Herberto Helder está siendo traducida para ser publicada por Editorial USACH.
TRÍPTICO
I
Se transforma el amante en la cosa amada con su
feroz sonrisa, los dientes,
Las manos que brillan en la oscuridad. Traen ruido
y silencio. Traen el rumor de las olas frías
y de las ardientes piedras que guardan en su interior.
Y cubre ese ruido rudimentario con el ensombrecido
silencio de su última vida.
El amante se transforma de instante en instante,
y siente el espíritu inmortal del amor
creando la carne en extremas atmósferas, arriba
de todas las cosas muertas.
Se transforma el amante. Corre a través de las formas [adentro.
Y la cosa amada es una bahía aislada.
Es el espacio de un candelabro,
la columna vertebral del espíritu
de mujeres sentadas.
Se transforma en noche extintora.
Porque el amante lo es todo, y la cosa amada
es una cortina
donde el viento del amante golpea en lo alto de la ventana
abierta. El amante entra
por todas las ventanas abiertas. Golpea, golpea, golpea.
El amante es un martillo que aplasta.
Que transforma la cosa amada.
Entra por los oídos, y después la mujer
que escucha
se queda para siempre con ese grito en la cabeza
ardiendo como el primer día del verano. Ella escucha
y se va transformando, mientras duerme, en aquel grito
del amante.
Luego se despierta, y se va, y se da al amante,
Y devuelve el grito de él.
Y el amante y la cosa amada son un solo grito
anterior al amor.
Y gritan y golpean. Él la golpea con su espíritu
de amante. Y ella es tocada, y lo toca
con su espíritu de amada.
Entonces el mundo se convierte en el ruido áspero
del amor. Mientras encima
el silencio del amante y de la amada alimentan
el silencio imprevisto del mundo
y del amor.
TRÍPTICO
I
Transforma-se o amador na coisa amada com seu
feroz sorriso, os dentes,
as mãos que relampejam no escuro. Traz ruído
e silêncio. Traz o barulho das ondas frias
e das ardentes pedras que tem dentro de si.
E cobre ese ruído rudimentar com o assombrado
silêncio da sua última vida.
O amador transforma-se de instante para instante,
e sente-se o espírito imortal do amor
criando a carne em extremas atmosferas, acima
de todas as coisas mortas.
Transforma-se o amador. Corre pelas formas dentro.
E a coisa amada é uma baía estanque.
É o espaço de um castiçal,
a coluna vertebral e o espírito
das mulheres sentadas.
Transforma-se em noite extintora.
Porque o amador é tudo, e a coisa amada
é uma cortina
onde o vento do amador bate no alto da janela
aberta. O amador entra
por todas as janelas abertas. Ele bate, bate, bate.
O amador é um martelo que esmaga.
Que transforma a coisa amada.
Ele entra pelos ouvidos, e depois a mulher
que escuta
fica com aquele grito para sempre na cabeça
a arder como o primeiro dia do verão. Ela ouve
e vai-se transformando, enquanto dorme, naquele grito
do amador.
Depois acorda, e vai, e dá-se ao amador,
dá-lhe o grito dele.
E o amador e a coisa amada são um único grito
anterior de amor.
E gritam e batem. Ele bate-lhe com o seu espirito
de amador. E ela é batida, e bate-lhe
com o seu espírito de amada.
Então o mundo transforma-se este ruído áspero
do amor. Enquanto em cima
o silêncio do amador e da amada alimentam
o imprevisto silêncio do mundo
e do amor.
II
No sé cómo decirte que mi voz te busca
y la atención comienza a florecer, cuando sucede la noche
espléndida y vasta.
No sé qué decir, cuando largamente tus muñecas
se llenan de un brillo precioso
y tiemblas como un pensamiento cercano. Cuando,
iniciado el campo, el centeno inmaduro ondula tocado
por el presentimiento de un tiempo lejano,
y en la tierra crecida los hombres cantan la vendimia
– no sé cómo decirte que cien ideas,
dentro de mí, te buscan.
Cuando las hojas de la melancolía se enfrían con las estrellas
Junto al espacio
y el corazón es una simiente inventada
en su oscuro fondo y en su torbellino de un día,
tú arrebatas los caminos de mi soledad
como si toda la casa ardiera instalada en la noche.
– Y entonces no sé qué decir
junto a la copa de piedra de tu tan joven silencio.
Cuando los niños se despiertan bajo lunas espantadas
que se despeñan a veces en medio del tiempo
– no sé cómo decirte que la pureza,
dentro de mí, te busca.
Durante toda la primavera aprendo
los tréboles, el agua sobrenatural, el leve y abstracto
correr del espacio –
y pienso que diré algo lleno de razón,
pero cuando la sombra cae de la feroz curva
de mis labios, siento que me faltan
un girasol, una piedra, un ave – cualquier
cosa extraordinaria.
Porque no sé cómo decirte sin milagros
que dentro de mí está el sol, el fruto
el niño, el agua, el dios, la leche, la madre,
el amor,
que te buscan
II
Não sei como dizer-te que minha voz te procura
e a atenção começa a florir, quando sucede a noite
esplêndida e vasta.
Não sei o que dizer, quando longamente teus pulsos
se enchem de um brilho precioso
e estremeces como um pensamento chegado. Quando,
iniciado o campo, o centeio imaturo ondula tocado
pelo pressentir de um tempo distante,
e na terra crescida os homens entoam a vindima
– eu não sei como dizer-te que cem ideias,
dentro de mim, te procuram.
Quando as folhas da melancolia arrefecem com astros
ao lado do espaço
e o coração é uma semente inventada
em seu escuro fundo e em seu turbilhão de um dia,
tu arrebatas os caminhos da minha solidão
como se toda a casa ardesse pousada na noite.
– E então não sei o que dizer
junto à taça de pedra do teu tão jovem silêncio.
Quando as crianças acordam nas luas espantadas
que às vezes se despenham no meio do tempo
– não sei como dizer-te que a pureza,
dentro de mim, te procura.
Durante a primavera inteira aprendo
os trevos, a água sobrenatural, o leve e abstracto
correr do espaço –
e penso que vou dizer algo cheio de razão,
mas quando a sombra cai da curva sôfrega
dos meus lábios, sinto que me faltam
um girassol, uma pedra, uma ave – qualquer
coisa extraordinária.
Porque não sei como dizer-te sem milagres
que dentro de mim é o sol, o fruto,
a criança, a água, o deus, o leite, a mãe,
o amor,
que te procuran
III
Todas las cosas son mesa para los pensamientos
donde hago mi vida de paz
en un peso íntimo de alegría como un existir de mano
cerrada puramente sobre el hombro.
– Junto a cosas magnánimas de agua
y espíritus,
a casas y astillas de pino consumiéndose,
hierbas y barcos altos – mis pensamientos crecen
con vetusta lentitud, un sabor
de tierra vieja y pan diurno.
Y en cada minuto la criatura
feliz del amor, la desnuda criatura
de mi historia de deseo,
se abre enteramente en mí como un tiempo,
y una piedra simple,
o el nacer de animales en un lugar de mayo.
Ella explica todo, y viene hacia mí –
como paredes blancas que se erigen
o se dan fiestas en los dedos espantados de los niños
–y la vida se redondea
con sus ritmos sobresalientes y antiguos.
Todo es trigo comestible y ella
es el trigo de las cosas,
el último sentido de lo que sucede en los días interiores.
Espero cada momento suyo
como se espera el estallido de las moras
y la suave locura de las uvas sobre el mundo.
– Y el resto es una altura oculta,
una leche y un deseo de cantar.
III
Todas as coisas são mesa para os pensamentos
onde faço minha vida de paz
num peso intimo de alegria como um existir de mão
fechada puramente sobre o ombro.
– Junto a coisas magnânimas de água
e espíritos,
a casas e achas de manso consumindo-se,
ervas e barcos altos – meus pensamentos criam-se
com um outrora lento, um sabor
de terra velha e pão diurno.
E em cada minuto a criatura
feliz do amor, a nua criatura
da minha história de desejo,
inteiramente se abre em mim como um tempo,
uma pedra simples,
ou um nascer de bichos num lugar de maio.
Ela explica tudo, e o vir para mim –
como se levantam paredes brancas
ou se dão festas nos dedos espantados das crianças
– é a vida ser redonda
com seus ritmos sobresaltados e antigos.
Tudo é trigo que se coma e ela
é o trigo das coisas,
o último sentido do que acontece pelos dias dentro.
Espero cada momento seu
como se espera o rebentar das amoras
e a suave locura das uvas sobre o mundo.
– Eo resto é uma altura oculta,
um leite e uma vontade de cantar.
FUENTE
I
Ella es la fuente. Puedo saber que es
la gran fuente
en la que todos pensaron. Cuando en el campo
se buscaba el trébol, o en silencio
se esperaba a la noche,
o se oía en algún lugar la paz de la tierra
el urdir del tempo –
cada uno pensaba en la fuente. Era una emanación
secreta y pacífica.
Una cosa milagrosa que sucedía
discreta.
Nadie hablaba de ella, porque
era inmensa. Pero todos la comprendían
como la teta. Como el odre.
Algo sonreía dentro de nosotros.
Mis hermanas se hacían mujeres
suavemente. Mi padre leía.
Sonreía dentro de mí una aceptación
del trébol, un descubrimiento casto.
Esa era la fuente.
Yo amaba dolorosa y tranquilamente.
La luna se formaba
con una sutil punta de ferocidad,
y la manzana adoptaba un principio
de esplendor.
Hoy se diseñó el sexo. El pensamiento
se perdió y renació.
Hoy sé permanentemente que ella
es la fuente.
FONTE
I
Ela é a fonte. Eu posso saber que é
a grande fonte
em que todos pensaram. Quando no campo
se procurava o trevo, ou em silêncio
se esperava a noite,
ou se ouvia algures na paz da terra
o urdir do tempo –
cada um pensava na fonte. Era um manar
secreto e pacífico.
Uma coisa milagrosa que acontecia
ocultamente.
Ninguém falava dela, porque
era imensa. Mas todos a sabiam
como a teta. Como o odre.
Algo sorria dentro de nós.
Minhas irmàs faziam-se mulheres
suavemente. Meu pai lia.
Sorria dentro de mim uma aceitação
do trevo, uma descoberta muito casta.
Era a fonte.
Eu amava-a dolorosa e tranquilamente.
A lua formava-se
com uma ponta subtil de ferocidade,
e a maçã tomava um princípio
de esplendor.
Hoje o sexo desenhou-se. O pensamento
perdeu-se e renasceu.
Hoje sei permanentemente que ela
é a fonte.
II
En la sonrisa loca de las madres golpean suaves
gotas de lluvia. En las amadas
caras locas golpean y golpean
los dedos amarillos de las candelas.
Que se mecen. Que son puras.
Gotas y candelas puras. Y las madres
se acercan soplando los dedos fríos.
Su cuerpo se mueve
por entre huesos accesorios, por tendones
y órganos sumergidos,
y las calmadas madres intrínsecas se sientan
sobre cabezas accesorias.
Se sientan, y están allí en un silencio tardío y apresurado,
viendo todo,
y quemando imágenes, alimentando imágenes,
mientras el amor es cada vez más fuerte.
Y les pega en la cara, el amor suave.
El amor feroz.
Y las madres son cada vez más bellas.
Los hijos creen que ellas levitan.
Flores violentas golpean sobre sus párpados.
Ellas respiran en lo alto y en lo bajo. Son
silenciosas.
Y su cara está en medio de particulares gotas
de lluvia,
alrededor de las candelas. En el continuo
escurrir de los hijos.
Las madres son las más altas cosas
que crean los hijos, porque se ubican
en la combustión de los hijos, porque
los hijos son como malezas invasoras, dientes de león,
en el campo de las madres.
Y las madres son pozos de petróleo en las palabras de los [hijos,
y se lanzan, a través de ellos, como chorros
por encima de la tierra.
Y los hijos bucean en escafandras al interior
de muchas aguas,
y llevan a las madres como pulpos envueltos en sus manos
y en la agudeza de toda su vida.
Y el hijo se sienta con su madre a la cabecera de la mesa,
y a través de él la madre se revuelve aquí y allá,
entre las tazas y nuestros injertos.
Y a través de la madre el hijo piensa
que ninguna muerte es posible y que las aguas
están unidas entre sí
por medio de su mano que toca la cara loca
de la madre que toca la mano presentida del hijo.
Y por adentro del amor, hasta que solo sea posible
amarlo todo,
y que posible sea que todo se reencuentre por dentro del [amor.
II
No sorriso louco das mães batem as leves
gotas de chuva. Nas amadas
caras loucas batem e batem
os dedos amarelos das candeias.
Que balouçam. Que são puras.
Gotas e candeias puras. E as mães
aproximam-se soprando os dedos frios.
Seu corpo move-se
pelo meio dos ossos filiais, pelos tendões
e órgãos mergulhados,
e as calmas mães intrínsecas sentam-se
nas cabeças filiais.
Sentam-se, e estão ali num silêncio demorado e apressado,
vendo tudo,
e queimando as imagens, alimentando as imagens,
enquanto o amor é cada vez mais forte.
E bate-lhes nas caras, o amor leve.
O amor feroz.
E as mães são cada vez mais belas.
Pensam os filhos que elas levitam.
Flores violentas batem nas suas pálpebras.
Elas respiram ao alto e em baixo. São
silenciosas.
E a sua cara está no meio das gotas particulares
da chuva,
em volta das candeias. No contínuo
escorrer dos filhos.
As mães são as mais altas coisas
que os filhos criam, porque se colocam
na combustão dos filhos, porque
os filhos estão como invasores dentes-de-leão
no terreno das mães.
E as mães são poços de petróleo nas palavras dos filhos,
e atiram-se, através deles, como jactos
para fora da terra.
E os filhos mergulham em escafandros no interior
de muitas águas,
e trazem as mães como polvos embrulhados nas mãos
e na agudeza de toda a sua vida.
E o filho senta-se com a sua mãe à cabeceira da mesa,
e através dele a mãe mexe aqui e ali,
nas chávenas e nos garfos.
E através da mãe o filho pensa
que nenhuma morte é possível e as águas
estão ligadas entre si
por meio da mão dele que toca a cara louca
da mãe que toca a mão pressentida do filho.
E por dentro do amor, até somente ser possível
amar tudo,
e ser possível tudo ser reencontrado por dentro do amor.
III
Oh madre violada por la noche, depuesta, dispuesta
ahora entre aguas y silencios.
Nada te despierta – ni las hojas de los ulmos,
ni los ríos, ni los girasoles,
ni el paisaje arrebatado.
– Espero del tiempo nuevo todos los milagros,
menos tú.
Corres solamente en mi sangre memoriosa
y subes, carne de palabras otra vez
imperecederas y vírgenes.
– Del tiempo joven espero el vino y el polen,
otras manos más puras
y más sagaces,
y otro sexo, otra voz, otro gusto, otra virtud
inteligente.
– Espero cubrirte otra vez de júbilo, oh corola del canto.
Pero serás más blanca con la boca sellada
por piedras lisas.
Y sé que tendré el amor y el pan y el agua
y la sangre y las palabras y los frutos.
¿Pero y tú, oh fría rosa,
Oh, odre de viñas antiguas y limpias?
Del tiempo nuevo espero
la señal ardiente e incorrupta,
aunque llevo los dedos a tu nombre prolongado,
oh cerrada madre, llevo
los dedos vacíos–
y tu muerte crece en ellos totalmente.
III
Ó mãe violada pela noite, deposta, disposta
agora entre águas e silêncios.
Nada te acorda – nem as folhas dos ulmos,
nem os rios, nem os girassóis,
nem a paisagem arrebatada.
– Espero do tempo novo todos os milagres,
menos tu.
Corres somente no meu sangue memoriado
e sobes, carne das palavras outra vez
imperecíveis e virgens.
– Do tempo jovem espero o vinho e o pólen,
outras mãos mais puras
e mais sagazes,
e outro sexo, outra voz, outro gosto, outra virtude
inteligente.
– Espero cobrir-te novamente de júbilo, ó corola do canto.
Mas tu estarás mais branca com a boca selada
pelas pedras lisas.
E sei que terei o amor e o pão e a agua
e o sangue e as palavras e os frutos.
Mas tu, ó rosa fria,
ó odre das vinhas antigas e limpas?
Do tempo novo espero
o sinal ardente e incorrupto,
mas levo os dedos ao teu nome prolongado,
ó cerrada mãe, levo
os dedos vazios –
e a tua morte cresce por eles totalmente.