Hoy tenemos el orgullo de publicar Historias: portafolio fotográfico colectivo, una experiencia educativa, artística y editorial, realizada por la docente e investigadora de la UAH, Rosana Ricárdez, en el marco de su curso Competencias interculturales para mejores sociedades. “En lo formal, este libro es un muestrario fotográfico colectivo, producto del trabajo de ocho alumnos que participaron del seminario mencionado, en línea, la primera mitad de 2022. En lo emocional, este libro es un cúmulo de miradas, acercamientos y experiencias frente al Otro”. El portafolio se puede descargar al final de esta publicación.
Nota preliminar
Si, como dice el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, el ser humano es hoy un cazador de información que acumula datos y permanece ciego “ante las cosas silenciosas y discretas”, este portafolio colectivo aspira a convertirse en narración. Porque esta, lejos de la acumulación informativa, es una construcción y disposición de acontecimientos al que cualquiera puede volver cuantas veces desee para ver y leer, en silencio, detenimiento y discreción.
La formación integral en el proyecto educativo de la Universidad Alberto Hurtado (UAH) es parte esencial en las áreas disciplinarias que sus programas ofrecen. En este contexto, la oferta de Optativos de Formación General (OFG) está diseñada para fortalecer el sentido reflexivo, crítico y ético, a fin de contribuir a una mejor sociedad. De cara a los tiempos que corren, es necesario que los alumnos desarrollen habilidades y estrategias para convivir y adaptarse mejor, pero también para romper ciertos moldes. En este sentido, el seminario “Competencias interculturales para mejores sociedades”, del que soy profesora, forma parte de las herramientas al servicio de la planta estudiantil, con miras a contribuir, además, a la adaptación académica y posterior inserción laboral del alumnado en múltiples contextos culturales.
En lo formal, este libro es un muestrario fotográfico colectivo, producto del trabajo de ocho alumnos que participaron del seminario mencionado, en línea, la primera mitad de 2022. En lo emocional, este libro es un cúmulo de miradas, acercamientos y experiencias frente al Otro. El ejercicio que origina este libro consistió no solo en mostrar, sino que en narrar el encuentro (o desencuentro) con el Otro mediante 120 imágenes –quince por persona–, hechas en un período aproximado de cuatro meses. Es necesario decir que, al término de la experiencia y con el ánimo de ofrecer un cierre al ciclo, cada persona redactó una reflexión sobre el proceso: alguna decidió hacerlo de forma explicativa, alguna más como catarsis de lo vivido e incluso otra como introducción a su muestra. Esto último se convirtió en el criterio de edición, por lo que cada texto precede al respectivo conjunto de imágenes.
Tras la publicación del primer ejercicio colectivo titulado Diario de un (mal) año extraordinario (DCI-UAH 2021), como profesora me interesaba la exploración del tema a través de un lenguaje no escrito que también fuera atractivo para el curso; como editora me interesaban las historias. En cualquier caso, el desafío no era menor: para los estudiantes porque, procedentes de diferentes disciplinas, había que establecer un punto de partida común, identificar a ese Otro, entrenar la mirada, trazar un objetivo asequible y esforzarse para acercarse. Para mí, en un doble rol, por el trabajo de guía y selección del material. El punto de partida común fue posible gracias a las letras de Cristina Rivera Garza, Chimamanda Ngozi Adichie, Yuri Herrera, Philip Roth, Emiliano Monge, Ryszard Kapuscinski y Judith Butler; pero también al trabajo fotográfico Sueño americano de Ian Brown, disponible en la red, y a la orientación que el fotógrafo mexicano Óscar Javier Hernández Álvarez, alias Óscar Maskie, ofreció.
Desde Ecuador, Chile o México, el muestrario compila la mirada de ciertas personas que habitan esos países: algunos siendo originarios de ellos, otros siendo habitantes de paso durante su intercambio estudiantil. Podría pensarse que para estos últimos el ejercicio sería más sencillo por la novedad que se extendía ante sus ojos. Lo cierto es que, tanto para ellos como para quienes no cambiaron de residencia, significó una (re)valoración del entorno y la cotidianidad. Al final, lo más trascendente son esos momentos de detención, quietud y contemplación traducidos en relatos.
Este es nuestro esfuerzo para decir que no estamos ciegos, que nos damos cuenta del Otro; también de las cosas y del paso del tiempo. Y que eso en su conjunto nos importa, porque las imágenes no son una apología de la nostalgia, sino narraciones que nos constituyen.
Este portafolios cuenta múltiples historias de los lugares en que, hasta ahora, nos ha tocado vivir.