La primera vez que oí el nombre de Valerio Magrelli fue en un ensayo de Felipe Cussen sobre Andrés Anwandter, quien lo elogiaba como un autor muy próximo a su proyecto poético. Curioso, busqué su Ora serrata retinae y, deslumbrado, traduje unos pocos poemas que se publicaron en febrero del 2010. Ahora, a propósito de la visita del autor a Chile (para participar en el Festival a Cielo Abierto de Valparaíso y presentarse en La Chascona), revisé esas traducciones y agregué tres poemas más. Los textos originales están tomados de Poesie (1980-1992) e altre poesie (Turín: Giulio Einaudi, 1996). Reproduzco a continuación la introducción original a las versiones de estos poemas.
Valerio Magrelli nació en Roma en 1957. Estudió filosofía, música y literatura alemana en la Universidad de Roma y luego literatura francesa en París. Ha traducido a Valéry, Verlaine, Mallarmé y Debussy entre otros. Los siguientes poemas provienen de su primer libro, Ora serrata retinae (1980). Justo después de terminar de traducirlos, leo en la nota biográfica de una antología en inglés que el libro entero fue ya publicado en español, en una versión de Carmen Romero y con prólogo de Octavio Paz. No conozco esas versiones, espero que éstas revelen otros ángulos de los poemas. Sí tuve en cuenta la cuidadosa traducción al inglés de Anthony Molino (Nearsights. Selected Poems. Graywolf Press: Saint Paul, 1991), y me apoyé en ella en algunos casos en que el sentido de texto italiano me parecía difícil de entender, aunque en general creo que mis versiones se ciñen más estrictamente al original que las suyas. La claridad y sencillez aparentes de los poemas de Magrelli, junto a una cierta irrealidad que los inunda a fuerza de ser precisos, tersos y tranquilos, me recuerda la atmósfera de algunos cuadros de la llamada “pintura metafísica” de De Chirico. Supongo que en un caso como este la tarea del traductor es interponerse lo menos posible, ser como el agua por la que de vez en cuando penetra un reflejo, en uno de los poemas.