Este es un libro escrito desde la escucha. Desde una escucha atenta, crítica y sensible de un cúmulo de mil canciones que Marisol García tuvo que buscar para seleccionar las que correspondieran al marco que la autora traza en su texto: el canto social y político de las tres décadas más políticas de nuestra historia. Tarea no menor si consideramos el criterio amplio e incluyente con el que ella acomete su titánica tarea, presentándonos algo que puede ser definido como la columna vertebral de la música popular chilena de la segunda mitad del siglo XX.
Sin duda que Cuba, Uruguay y Chile son los países que más canto social y político han producido en América Latina, junto con ser las tierras que han marcado el rumbo de la cantautoría en español, junto con la Madre Patria naturalmente. Quizás Chile sea el país donde ese canto ha usado ropajes más diversos. Desde la canción de raíz folklórica hasta el grito del punk y desde el Canto Nuevo hasta el Nuevo Pop. Es por eso que este libro, que pareciera recortar sólo un aspecto de la historia reciente de nuestra música, finalmente termina hablando de la música popular chilena en su conjunto. Ni Alberto Plaza queda fuera.
La escucha y escritura de Canción Valiente revela siempre su naturaleza femenina; más respetuosa, acogedora y convocante. Marisol escucha todas las voces y se sobrecoge con lo que cada una de ellas tiene que decir. Desde grandes estrellas internacionales hasta anónimos cantores de barrio, desde músicos que grabaron mucho hasta músicos que no grabaron nada. Todos tienen una hilo que tejer en esta gran urdimbre que prepara la autora en su libro.
Mediante una escucha atenta y curiosa, Marisol García manifiesta una notable capacidad para moverse de un espacio a otro: del Chile del exilio exterior al Chile de exilio interior; de la parroquia al estudio de televisión; del Festival de Viña al Festival de la ACU; de la prisión al teatro. Así va sumando protagonistas de opción política diversa y en distintos momentos de su trayectoria.
Esto solamente lo puede hacer una autora que escucha desde fuera y toma una necesaria distancia ante los hechos, lo que no significa que sea a-crítica frente a ellos, sino que puede ver y escuchar el total. Aquí radica uno de los principales aportes de Canción Valiente, pues lo que se ha publicado sobre canto social y político en Chile ha sido escrito en su mayor parte por sus propios protagonistas, que observan y comentan lo que ellas o ellos vivieron.
Osvaldo Gitano Rodríguez, Eduardo Carrasco, Joan Jara o Isabel Parra han sido autores principales de una bibliografía testimonial sobre el canto social chileno que tiene la virtud de entregarnos las fuentes primarias, conservando el testimonio de lo vivido y observado in situ para las siguientes generaciones. Los músicos que no han escrito libros también nos legan su testimonio, pues han sido generosamente entrevistados por David Ponce, Emiliano Aguayo, Tito Escárate, Gonzalo Planet, Freddy Stock o Manuel Maira, publicando sus vivencias y opiniones en libros de entrevista que engrosan la cantera de fuentes aportadas por los protagonistas de la música popular chilena.
Lo que ha faltado es justamente lo que tenemos hoy frente a nosotros: un libro escrito por una tercera persona, que observa, analiza, considera el panorama completo, toma distancia, relaciona, contrasta y saca conclusiones. De este modo Canción Valiente engrosa la escasa bibliografía sobre canto social y político chileno en cuanto a fuente secundaria, que es justamente la que aporta una visión analítica de los problemas tratados.
Marisol García dialoga con dos tradiciones que convergen en su libro: la tradición profesional de la periodista y la tradición académica de la investigadora. No es un diálogo fácil y permítanme invocar nuevamente su condición de mujer para poder entender cómo resuelve ese diálogo, pues lo hace con entera libertad y originalidad, la misma que podemos encontrar en los libros de una autora testimonial como es Isabel Parra, por ejemplo.
Si bien estamos ante una diagramación sobria y consistente, el libro no evita los recuadros o hipertextos que profundizan y destacan algún problema vinculado al capítulo y tampoco los listados de canciones recomendadas o playlists como juguetonamente les llama Marisol, como si se tratara de un eBook impreso.
A este juego con la tradición periodística a la que se debe, la autora introduce particulares alteraciones formales en la tradición académica que visita, mezclando notas a pie con notas al final del texto en base a criterios consistentes, por cierto, y situando un índice onomástico no al final del libro sino que justo antes del índice general. Ambos índices facilitan enormemente la lectura y consulta de Canción valiente. A esto se agrega una precisa y dosificada presencia de entrevistas propias o ajenas y abundantes fragmentos de las letras de las canciones a las que se refiere el texto.
Este es tanto un libro de periodismo a largo plazo como de investigación del presente. Un periodismo no para mañana sino que para 20 años más y una investigación del mundo que nos circunda y nos urge. Creo que con Canción valiente estamos frente a un antes y un después en las publicaciones sobre música popular en Chile. Estábamos acostumbrados al libro de entrevistas, que posee el valor de entregar fuentes de primera mano, como hemos visto, aunque estén tamizadas por la memoria, y a monografías históricas, sociológicas y musicológicas sobre estos fenómenos. Con Canción valiente, en cambio, nos ubicamos en la mitad de ambas tendencias, ampliando el acceso público a un texto de investigación y sumando reflexión y análisis a un texto de divulgación.
La misma responsabilidad con la que Marisol García abordó un texto tan amplio y bien organizado como este, es la que le ha permitido la libertad para reinventar la forma de escribir un libro. Tal como Violeta reinventara la forma de escribir una canción.
Marisol García. Canción Valiente. 1960-1989. Tres décadas de canto social y político en Chile. Santiago: Ediciones B Chile. 2013.
Juan Pablo González es Director del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado.
Félix Alberto Verdugo Acevedo
20 noviembre, 2019 @ 14:17
Buenos días,
Asistí a la presentación del libro «Cantores que reflexionan», en FILSA: tendría que deducir la fecha.
Quedé con la inquietud de decir que quizá se podría hacer un alcance al estilo, que eran tres libros, no uno solo, pero que las circunstancias llevaron a confluir tres momentos, tres caminos.
Espero que en otra presentación, todos los invitados a hablar de un cierto libro, lean aquel libro…
Pero eso es un imponderable.
Otra pequeña cosa: Unheimlichkeit, como concepto filosófico se puede traducir «inhospitalidad».
Pienso que Osvaldo Rodríguez vive esto.
Y que la obra de Rodríguez es el reflejo de las posibilidades, contradicciones, limitaciones de una época, pero él no sólo las vive, sino las intuye: son parte de su vivencia, mas su reflexión no las oculta, muy por el contrario, las distingue, las señala, y las codifica.
Me quedé a conversar con la periodista Marisol un ratito. Y le conté que había un parecido asombroso entre la «Canción para Viera» y un éxito de Adele.
Dejo esta «botella con un mensaje»: cumplí con escribir esta inquietud.
Atte.,
Félix