Jorge de Sena – Tres versiones de un soneto

Finíssima amargura recatada
que exasperadamente se contém
de gritos y lamentos mas devém
doçura tensa tão dialogada

que nas mesuras fica disfarçada
a dor de ser-se, que sabemos bem
não ser este sorriso, mas além
a dura soledade condenada

à morte e à desgraça. Nada mais
que o esgar tranquilo, insólito e discreto
a despontar entre insistências tais

que é como triunfo de um rigor disperso
em salpicado som orfão de afecto,
morto do amor em que flutua imerso.

Finísima amargura recatada
que exasperadamente ha reprimido
gritos, lamentos, los ha convertido
en esta tensa dulzura, en que cada

compás esconde, apenas disfrazada,
la pena de existir, el conocido
dolor debajo del diálogo oído:
la dura soledad predestinada

a la desgracia y la muerte. Prosigue
su movimiento tranquilo, perfecto,
por sobre el cielo, que ya se oscurece,

se eleva su rigor, son sin afecto,
quedando, cuando por fin lo consigue,
muerto del mismo amor en que se mece.

* * *

Finísima amargura contenida
que ha renunciado al grito y al lamento,
que ha convertido en armonía el cruento
suplicio del que escapa, su salida

es convertir en compases la herida,
este dolor de estar vivo, el tormento
que su sonrisa es de olvidar intento,
la dura soledad, esta caída

hacia el desastre y la muerte. Se alza
su andar tranquilo, discreto, silueta
contra un paisaje en ruinas recortada,

en la que todo corresponde y calza
consigo mismo, perfecta pirueta
a repetirse intacta condenada.

* * *

Finísima amargura recatada
que con grave tensión guarda, retiene
sus gritos, sus lamentos y deviene
dulzura tensa tan dialogada

que en los compases gime disfrazada
nuestro dolor de ser, que bien sabemos
que no es la sabia sonrisa que vemos
sino esta soledad que, condenada

a muerte y a desgracia. Nada más
que un sol tranquilo, insólito y discreto
que, al despuntar ante insistencia tal,

es como el triunfo de un rigor disperso
en salpicado son huérfano de afecto,
muerto de amor en que fluctúa inmerso.