En el ámbito de la historia de la cinematografía chilena, las mujeres cineastas y sus producciones prácticamente han tenido nula presencia, lo que no es sinónimo de inexistencia. Ciertamente, el cine chileno desde principios del siglo XX, ha contado con mujeres cineastas que han destacado en el ámbito de la realización. Sin embargo, se trata de un grupo de mujeres que han permanecido en la penumbra a lo largo de los años, compartiendo la condición del silencio y el anonimato. En este contexto, Nomadías. El cine de Marilú Mallet, Valeria Sarmiento y Angelina Vázquez, obra editada por Elizabeth Ramírez y Catalina Donoso (Metales Pesados, 2016), aparece no sólo como una novedad debido a su carácter inédito, pues mantiene su centro en el trabajo cinematográfico de tres directoras chilenas exiliadas, sino como una fuente que comienza a iluminar aquella penumbra y a sonorizar un silencio prolongado.
Parece inaudito que a mujeres cineastas que gozan de una larga y destacada trayectoria, como las aquí convocadas, no se les haya otorgado un lugar visible y relevante en la historia de la cinematografía chilena; un lugar a todas luces merecido y que, sin embargo, han obtenido en el extranjero. Las razones pueden ser diversas, no es ahora el momento de detenerse en ello. Lo importante aquí es destacar que las autoras y autores de Nomadías, en un esfuerzo mancomunado, han comenzado a saldar esta deuda. Y qué mejor manera de hacerlo –y este es otro mérito de quienes dieron vida a este libro- que con la participación activa de las tres directoras que sin duda nos sorprenderán con nuevas producciones. Asimismo, cabe destacar la importante participación de la investigadora Zusana M. Pick quien prologa la obra.
Dirigido a lectoras y lectores que gustan del cine y que poseen un interés real por ampliar su visión del cine chileno, y del cine en general, Nomadías -concebida como una antología cinematográfica- apunta a rescatar y difundir parte importante de la filmografía de las cineastas, la cual tuvo lugar en el exilio, otorgando visibilidad a los nombres de Mallet, Sarmiento y Vázquez.
La estructura de esta obra resulta interesante, atractiva y bien pensada. Esto porque cada una de sus partes constituye un aporte significativo que articula una totalidad que busca enseñar, promover y pensar el cine de las directoras. El texto, cuenta con una completa introducción que presenta, a modo de contexto, la vida y obra de las tres cineastas situándolas en la escena histórica y cinematográfica chilena; para luego dar lugar –bajo la modalidad del ensayo- al análisis detallado de sus películas. De esta forma, los tres primeros capítulos, dedicados al cine de cada realizadora, contienen análisis críticos efectuados por destacados (as) investigadores (a), quienes a través de diversas temáticas, profundizan en los aspectos narrativos, formales y técnicos presentes en las distintas piezas cinematográficas. Finalmente, un cuarto capítulo nos aproxima a los estilos y experiencias de las cineastas de un modo distinto, esto es, a través de sus propias voces, las que aparecen en conversaciones y entrevistas inéditas que complementan el conocimiento entorno a sus vidas y obras, lo que enriquece notablemente nuestra lectura. En esta misma línea, las imágenes dispuestas como anexo, proporcionan un valioso material visual e informativo, el cual incluye fotografías, afiches, notas, documentos y prensa, cuyo origen nos remite directamente a las cineastas.
De cualquier manera, el acento en Nomadías está puesto en los análisis críticos, cuyos autores han dedicado parte importante de su trayectoria académica, a la investigación y estudio de las obras de Mallet, Sarmiento y Vázquez. Haciendo un breve recorrido por los distintos análisis, podemos señalar que en un primer momento, respecto al cine de Mallet, José Miguel Palacios en “De memoria incompleta: Marilú Mallet de la literatura al cine de ficción”, realiza un cruce entre el cuento de la cineasta, “De mémoire incomplete” y el filme, 2/rue de mémoire. En este cruce intertextual, además de subrayar la doble faceta de Mallet como escritora y cineasta, Palacios analiza lo indeterminado y la incertidumbre de una historia adaptada de la literatura al cine, profundizando en los aspectos formales y narrativos empleados para abordar temáticas como la memoria, el exilio y el desplazamiento. Luego, en “El lenguaje feminista en Journal Inachevé y Strass Café”, Brenda Longfellow nos ofrece una atractiva e interesante propuesta al distinguir lo simbólico femenino y la especificidad femenina en el lenguaje, a partir del cruce entre los principios de la teoría feminista y el psicoanálisis postlacaniano. Desde esta perspectiva, Longfellow observa y destaca la subjetividad femenina como un rasgo característico en los filmes de Marilú Mallet, la que aparece a través del fuera de campo, el silencio y la discontinuidad en el relato, para conducir a una reflexión en torno al exilio, la distancia y la memoria. Por su parte, Paola Margulis se detiene en el carácter exploratorio del cine de Mallet al realizar un contrapunto entre los filmes Journal Inachevé (1982) y La cueca sola (2003). De esta forma, Margulis apunta a definir cómo Mallet narra el exilio y la dictadura, desde la perspectiva femenina, a través de filmes separados por veinte años de diferencia. Así, dentro de un universo femenino que transita entre la experiencia individual y colectiva, entre la esfera pública y privada, la dimensión espacial en ambos filmes adquiere relevancia al entablar un diálogo entre presente y pasado.
En relación al cine de Sarmiento, Valeria de los Ríos, en “Presencia animal en Un hombre cuando es hombre de Valeria Sarmiento”, comienza situando el trabajo de la directora en la escena cinematográfica nacional, para precisar, con acierto y claridad argumentativa, la manera en que Sarmiento -haciendo uso de un montaje fragmentario, como principal articulador de sentido y empleando al animal como figura central y metafórica – consigue desnaturalizar las convenciones relativas a la masculinidad y a las conductas y roles de género que predominan en la cultura latinoamericana. Por su parte, Vania Barraza, al realizar un análisis crítico sobre Amelia Lopes O’Neill (1990) y Rosa la China (2002) desde los postulados de la teoría feminista, aborda el melodrama y la representación de la mujer en el cine de Valeria Sarmiento. De esta forma, Barraza advierte en Sarmiento un cine de apariencias, un cine de segundas lecturas, en el cual aún cuando articula una línea argumental primaria -afín al género melodramático- la subvierte a través de mecanismos estéticos y narrativos que invitan a una reflexión en torno a la representación de la figura femenina. Posteriormente, y mediante el análisis de las formas narrativas, de los registros y las imágenes en Amelia Lopes O’Neill y Secretos (2007), Mónica Ríos sostiene que los filmes de ficción de Valeria Sarmiento, al emplear “archivos de formas audiovisuales”, consiguen dar forma material a las historias mínimas de personajes ahistóricos, lo que aparece como una alternativa crítica al discurso y las narraciones históricas de carácter oficial.
Respecto al cine de Angelina Vázquez, Laura Senio Blair, a partir de la experiencia chilena del exilio y haciendo hincapié en la invisibilidad en la que han permanecido las cineastas chilenas a lo largo de la historia, comienza a profundizar en el cine de Vázquez por medio del estudio y análisis de tres de sus películas: Dos años en Finlandia (1975), Así nace un desaparecido (1977) y Gracias a la vida (1980). De esta forma, Blair pone el acento en el carácter expresivo y directo del cine de Vázquez, quien –con un claro acento político e ideológico- se apropia de los recursos narrativos (voz off femenina), técnicos (iluminación, animación) y formales para hablar de la experiencia física y psicológica del exilio, del secuestro, la tortura, la marginación y los desafíos de la adaptación en tierras lejanas. Esto, otorgando especial protagonismo a la mujer y a su experiencia de violencia, adaptación y desarraigo. Asimismo, Blair destaca la forma en que la cineasta da cabida a temáticas de género vinculadas a los derechos de la mujer y la soberanía sobre su cuerpo. Por su parte, Elizabeth Ramírez en “Presencia Lejana: Tejiendo revoluciones y resistencias”, destaca un tipo de narración múltiple, que define como “entramado transnacional” el cual integra a Finlandia, Argentina y Chile como naciones que comparten los efectos de la represión política. A partir de esto, Ramírez pone especial énfasis en el tratamiento que Angelina Vázquez otorga a la banda sonora la cual se constituye, de acuerdo a su análisis, en un elemento estético de gran significancia que interviene para expresar la añoranza en el exilio por el país natal.
De esta forma, podemos señalar que Nomadías. El cine de Marilú Mallet, Valeria Sarmiento y Angelina Vázquez, constituye un aporte notable al conocimiento, a la investigación y a la historia del cine chileno al entregarnos un abordaje completo y variado respecto a la obra cinematográfica de estas realizadoras chilenas. Con todo, queda mucho por hacer. La proyección y difusión de estos filmes, es una de las tareas que debiera ser asumida por instituciones educacionales, académicas y culturales (a través de festivales, ciclos, jornadas, conversatorios, seminarios, etc.). Sólo de esta forma, podremos visibilizar y comprender la obra de Mallet, Sarmiento y Vázquez. Sólo de esta forma, este tipo de filmografía abandonará el anonimato, el encierro del archivo y la academia para formar parte de nuestra memoria, nuestras reflexiones y nuestro acervo cultural.