Visita hoy nuestra sección de traducción de poesía, donde Fernando Pérez nos presenta una selección de poemas de Charles Simic, autor serbio-estadounidense que tradujo en 2008 y que hoy nos llega en sus versiones con todo el encanto original.
Leí y traduje estos poemas de Charles Simic por primera vez alrededor del 2008, con la intención de publicar mis versiones, pero nunca llegué a hacerlo (revisando mis correos de esa época veo que se las ofrecí a varias revistas sin obtener respuesta alguna). Los volví a encontrar ahora, 13 años más tarde, rebuscando en carpetas de archivos antiguos: me parecieron torpes, pesadas, borrosas, en comparación con lo ágil y preciso del lenguaje del original. Las revisé intentando aproximarme más a esas cualidades que recuerdo que me atrajeron entonces, ser fiel a la tensión que proponen entre imágenes precisas, objetivas, cotidianas e imágenes más fantasiosas, teñidas de onirismo y humor negro. Seguramente no conseguí más que traicionarlos de un modo distinto al de esos años.
Charles Simic nació en Serbia en 1938 y emigró a Estados Unidos, donde reside desde los 16 años de edad. Ha publicado numerosos libros de poesía, entre los que se cuentan The World Doesn’t End: Prose Poems (1989), Hotel Insomnia (1992), Night Picnic (2001) y Scribbled in the Dark (2017), además de varios libros de prosa y traducciones. Estos poemas provienen del libro Unending Blues (1986), el cual que yo sepa no ha sido todavía traducido al castellano.
DICIEMBRE
Nieva
pero igual los vagos
pasan
cargando carteles sándwich
uno anuncia
el fin del mundo
y el otro
los precios de la barbería del barrio.
DECEMBER
It snows
and still the derelicts
go
carrying sandwich boards –
one proclaiming
the end of the world
the other
the rates of a local barbershop.
AVENUE OF THE AMERICAS
Para Bill y Bev
Un gato y un ratón lamían leche
del mismo plato
para deleite de los que almorzaban.
El dueño de la pareja
tenía la camisa arremangada en vez del brazo derecho
y ningún diente pese a sus pocos años.
Sonreía, haciendo reverencias
a la manera del siervo
de un amo arrogante y estricto.
AVENUE OF THE AMERICAS
Para Bill y Bev
A cat and a mouse were lapping milk
From the same saucer
For the benefit of the lunch-hour crowd.
The owner of the pair
Had a tucked sleeve in place of a right arm
And no teeth despite his youth.
He kept smiling and bowing deeply
In the manner of a servant
Of a haughty and severe master.
CASAS DE CAMPO OSCURAS
Tarde ventosa,
nieve azul de porcelana.
La gente vieja tirita
en la cocina.
Camión sin luces
detenido en medio del camino,
¿te hace falta conductor?
Espera un momento.
Hay carbón que cargar,
el saco de una viuda.
¿Te falta una pala?
Sigue ocioso,
ya viene la pala
por la pradera que la sombra invade.
Una pala
y una azada.
DARK FARMHOUSES
Windy evening,
Chinablue snow,
The old people are shivering
In their kitchens.
Truck without lights
Idling on the highway,
Is it a driver you require?
Wait a bit.
There’s coal to load up,
A widow’s sack of coal.
Is it a shovel you need?
Idle on,
A shovel will come by and by
Over the darkening plain.
A shovel,
And a spade.
POR EL QUE OSCURAMENTE
Por el camino de ondulantes álamos,
en un país plano y desolado
hasta el horizonte gris, distante, por el que oscuramente
un hombre y una mujer pasaron caminando,
cada uno cargando una maleta chica.
Nerviosos, se habían sacado
los zapatos, caminaban de puntillas,
con la vista fija al frente.
Cada vez que pasaba un auto rápido,
como es normal que ocurra en un tramo
de camino como ese, vacío cuando vuela el cuervo,
qué rápido se fueron…
Los autos, quiero decir, y luego la llovizna
que trajo el inicio de la tarde,
de a poco, y ya casi sin luces
en ningún lado, y luego ya ni eso.
WHEREIN OBSCURELY
On the road with billowing poplars,
In a country flat and desolate
To the far-off gray horizon, wherein obscurely,
A man and a woman went on foot,
Each carrying a small suitcase.
They were stirred and had taken off
Their shoes and were walking on
Their toes, staring straight ahead.
Every time a car passed fast,
As they’re wont to on such a stretch of
Road, empty as the crow flies,
How quickly they were gone –
The cars, I mean, and then the drizzle
That brought on the early evening,
Little by little, and hardly a light
Anywhere, and then not even that.
MECÁNICA POPULAR
Los enormes problemas ingenieriles
que encontrarás si intentas crucificarte
sin ayuda, poleas, engranajes
u otros ingeniosos aparatos –
En una pieza pequeña, vacía, blanca,
con sólo una silla de patas sueltas
para alcanzar a la altura del cielo –
sólo un zapato para martillar los clavos.
Sin mencionar que habrás de estar desnudo
para la ocasión, luciendo cada músculo y costilla.
La mano izquierda ya clavada,
con la derecha te limpias el sudor de la frente,
y alcanzas una colilla
del cenicero repleto,
pero no logras prenderla –
cae la noche, genial.
POPULAR MECHANICS
The enormous engineering problems
You’ll encounter by attempting to crucify yourself
Without helpers, pulleys, cogwheels,
And other clever contrivances –
In a small, bare, white room,
With only a loose-legged chair
To reach the height of the ceiling –
only a shoe to beat the nails in.
Not to mention being naked for the occasion –
So that each rib and muscle shows.
Your left hand already spiked in,
Only the right to wipe the sweat with,
To help yourself a butt
From the overflowed ashtray,
You won’t quite manage to light –
And the night coming, the whiz night.
MASCULLANDO TAL VEZ, O CANTURREANDO
Devoré voraz los clásicos
en un pueblito industrial,
el clima del alma iba
amargándose. Mi cerebro parecía
construido por Dédalo, me
perdí por completo a la entrada
del laberinto, mientras cuchareaba
de desayuno un plato de cereales
con vigilantes nocturnos,
desertores del colegio, imaginando
una carrera militar. Los dioses
me parecían peluqueros para amantes
muertos. Aprendí sus nombres
para ponérselos a todos
mis vecinos, incluso los feos
que mordisqueaban malos cigarrillos.
Las tardes las pasaba pataneando
con una mujer, las persianas abajo.
Jugábamos cartas desnudos, hacíamos
el amor en cuatro patas. Yo hubiera querido
que algún Heródoto nos recordara brevemente
antes de describir a la alta sociedad
cenando lenguas de ruiseñor,
Chez les Gorgones, a la moda.
MUTTERING PERHAPS, OR HUMMING
I avidly read the classics
In a dirty little mill town,
The weather of the soul turning
Bitter, my brain, it seemed,
Constructed by Daedalus, I was
Lost hopelessly at the entrance
Of the maze while spooning
My bowl of breakfast cereal
In company of night watchmen,
High school dropouts thinking of
A career in the army. The gods
Looked like hairdressers for dead
Lovers, I made myself learn
Their names so I could rename
All my neighbors, even the ugly
Ones biting on bad cigars.
Afternoons I lazed with a woman
In a place with shades drawn.
We played cards in the nude, made
Love on all fours. I wanted some
Herodotus to remember us briefly
Before describing the high and mighty
Dining on nightingale tongues
Chez the Gorgons, the fashionable ones.