Estos tres poemas en que Rilke (1875-1926) se esfuerza por pintar con palabras a tres personajes femeninos provienen de su libro Neue Gedichte, “poemas nuevos”, publicados en dos volúmenes en 1907 y 1908. A propósito de ese libro, el poeta brasileño Augusto de Campos escribe en el prefacio a su versión al portugués de una selección de textos de Rilke que sus obras posteriores y más conocidas “favorecieron, paradojalmente, con su aura mística, su cortina encantatoria de fulgores metafísicos, una recepción hasta cierto punto equivocada, oscureciendo la otra cara del poeta, la de “hacedor” de ojo preciso y oído impecable, y la disciplina interna con la que dominó lo concreto para lanzarse a las aventuras medio-humanas, medio-demiúrgicas de poeta visionario”. La precisión con la que de Campos explica lo que me molesta en esas obras de Rilke, y en la veneración de la que son objeto a veces me motivó a leer algunos de esos poemas y a intentar traducir estos tres. Mis versiones intentan respetar la preocupación por lo verbal antes que por lo “espiritual” que De Campos apunta, y por lo mismo se esfuerzan por conservar algo de la regularidad rítmica y, en algunos casos, de las rimas y aliteraciones del original. Incluyo además las versiones al portugués de Augusto de Campos de los tres poemas, porque no sólo me ayudaron a descifrar el alemán de Rilke y me sugirieron soluciones posibles en una lengua romance, sino que porque me parecen excelentes poemas por su cuenta. Quise también agregar la versión al castellano de Yolando Pino Saavedra del poema “Bailarina española”, porque fue en su selección que por primera vez conocí ese poema, y me parece que conserva bien el impulso rítmico del alemán. Del poema “La cortesana” intenté dos versiones sucesivas que recogen diversos aspectos del poema en alemán, mirado desde ángulos distintos. |
Die Kurtisane
Venedigs Sonne wird in meinem Haar hinführen ob der lauflosen Gefahr mich enimal sah, beneidet meinen Hund, die unverwundbare, geschmückt, erholt–. |
La cortesana (Tr. FP)
El sol de Venecia torna mis cabellos abajo: mis ojos, que un escondido camino me ven sin duda envidian a mi perro, de vez en cuando reposa en su cuerpo–. * * * La cortesana (Tr. FP) Venecia con su sol resplandeciente hacia un peligro inquietante: Quien una vez me ha visto, a mi mascota, de vez en cuando es con él amigable–. * * * A cortesã (Tr. A de C) Veneza com seu sol em mil centelhas que a um perigo sinistro se detina: Quem já me viu inveja o meu caõzinho Com dedos bem tratados, finos, sábios. |
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Spanische Tänzerin
Wie in der Hand ein Schefelzündholz, wei?, Und plötzlich ist er Flamme, ganz und gar. Mit einem Blick entzündet sie ihr Haar Und dann: als würde ihr das Feuer knapp, |
Bailarina española (Tr FP)
Tal como un fósforo en la mano, blancas, Y de repente es ella toda llama. Incendia con los ojos sus cabellos Y luego, como si todo ese fuego * * * Danzarina española (Tr. YPS) Como un fósforo que antes de inflamarse Y es de pronto una llama, plenamente. Con la mirada enciende sus cabellos Después, como si el fuego escaso fuera, * * * Dançarina espanhola (Tr. A de C) Como um fósforo a arder antes que cresça E logo ela é só flama, inteiramente. Com um olhar põe fogo nos cabelos Então, como se fosse un feixe aceso, |
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Eine Sybille
Einst, vor Zeiten, nannte man sie alt. nach Jahrhunderten. Sie aber stand von den Worten, die sich unbewacht |
Una sibila (Tr. FP)
Antes decían de ella que era vieja. se midió en siglos. Sin embargo, ella por las palabras, que, inadvertidas * * * Uma sibila (Tr. A de C) Dela diziam que era velha, outrora, como se fosse um bosque. Porém, ela cercada pelos vôos e gemidos |