Retomamos el semestre con un poco de aire, palabras y literatura brasileña, a través de estos siete poemas de Eucanãa Ferraz que Fernando Pérez ha traducido para letras en línea, equilibrando humor y afecto, sentimiento e ironía, entre la arquitectura simple y compleja de su autor.
Los poemas de Sentimental (2012), de Eucanãa Ferraz (Rio de Janeiro, 1961-), exploran el límite entre el sentimentalismo y la ironía, el humor y el afecto, el hiato que se abre irrevocablemente entre el sentir y el decir. Frecuentemente autorreflexivos, estos textos no se agotan sin embargo en la remisión a sí mismos: como afirma el último de los poemas aquí traducidos, exploran el modo en que las palabras, un viento vacío, nos impulsan hacia lo alto. Kant escribió alguna vez que para el vuelo de un ave el aire –sin el cual se desplazaría más rápidamente–no es un impedimento sino lo que lo hace posible. Las palabras no serían entonces una traba o un lastre para el sentimiento, sino el suelo que lo posibilita, pero al mismo tiempo la evidencia de que los afectos que creemos únicos e irreductibles son siempre retórica, lugares comunes, banalidades mil veces ya dichas, canciones de amor o películas predecibles en cuya trampa, sin embargo, no dejamos de caer, una y otra vez.
Escogí siete poemas que trabajan el límite entre lo lírico y lo prosaico con particular precisión, humor y delicadeza. Traducirlos resultó relativamente simple, por la parquedad de su dicción y su simplicidad, sin grandes recursos retóricos, pero difícil por la precisión de su sintaxis y su arquitectura, caracterizada por un equilibro en movimiento, como el del acróbata que se balancea en la cuerda floja de las palabras que aparece en “Lea abajo uno de los poemas”.
TIMES OLD ROMAN
Quieres que lo diga, y no,
tu nombre no resplandece,
lo oculto entre las cenizas
de eneros ya tan distantes
respira entre los escombros
de un breve departamento
tu nombre, quién lo diría
no es cosa para ser dicha
el sonido de un sonido que-
brado, no insista
ya no intento ya no puedo
es simple lo que te digo
y te lo digo sin culpas
tranquilo, sí, lo repito
sin espanto no lo digo
ninguna piedra se mueve
río seco letra muerta.
SI VINIERA UNA GAVIOTA
Mi amigo, en Lisboa, pregunta qué quiero de Lisboa;
nada, respondo, no quiero sino aquello que no viene en las [postales
y una o dos postales de lugares donde nunca fui feliz
y, aun así, ahora y siempre quise, no quiero, Alberto,
de Lisboa sino lo que ella no da, lo que ella guarda y es [preciso
robarle, la secreta alegría que no cabe en las guías turísticas,
quiero eso, más una o dos cosas que vienen en las guías [turísticas.
¿Ves esos muchachos y muchachas de ojos azules? Son [holandeses.
¿Esos dioses y esas flores azules? Son azulejos. ¿Cómo [traerlos?
De nada valen los anticuarios; cuando volvemos de Lisboa, todo
lo que traemos, nos damos cuenta, está quebrado, por eso, Alberto,
no vale la pena traer nada, pues de allí solo traemos, sin darnos cuenta
lo que nos quiebra,
lo que nos corta,
apenas cerramos la maleta, apenas abrimos la puerta.
MELANCOLÍA
Una copia de nuestro cuarto, cada cosa, y pedazos del [paisaje ahí afuera;
no se trata de dolor o desesperación, es apenas la copia de [mi alegría;
una copia de tus manos abiertas, paradas, una copia de tu [cariño,
una copia de tus ojos, una copia idéntica de tu modo de [mirar,
en blanco y negro, copias de las tardes que hoy eran siempre [la luz,
como mandarinas, de las noches en que parece arder un [metal diferente,
tu voz, tu pelo, una fiesta, la copia de tu collar, de tu lágrima,
unos amigos, sonríes; no son el dolor o la desesperación, son [solo las calles,
copias de las calles, millones, que fluyen y no dependen
de nosotros.
Todos están ciegos. Todos están locos. Todos están muertos.
Dioses habilidad súplica soborno no tienen ningún poder
y nos lanzamos al destino, al veredicto de la suerte, a las [leyes de la acumulación,
ríos hoteles palaces suites, reproducciones de esto y aquello, [de lo que
no vemos ni sabremos, imágenes no me sirvan de consuelo,
pero cuando sean el horror guarden sin embargo alguna [belleza, la copia
de la belleza cuando éramos nosotros dos y el mundo; no es [el fin,
es el dedo de nadie sobre la tecla que nos copia, somos [nosotros
sin nosotros en copias, la perfecta ilusión sin fin, [la perfección
del vértigo.
GRACIA Y SIEMPRE
Uno, lo dio la idea;
dos, algún esfuerzo,
y otro más;
recién en este verso, el cuarto, llega
e interrumpe
cuando la melancolía
maquinaba uno de esos poemas,
pero toda la gran obra se deshace en la luz repentina que
me sonreía.
SOPHIA DE MELLO BREYNER ANDRESEN
Fue Gastão Cruz que, en Lisboa, me llevó
a verla, la señora vieja, la bella señora;
era un día diadema, de azul líquido y sí
simultáneamente matemático;
ninguno de nosotros moriría ese otoño
de alambres claros: la hora como que se curvaba
cuando Sophia hablaba, y entonces
todas las palabras eran números mágicos.
LEA ABAJO UNO DE LOS POEMAS
Ana dice las palabras faltan cuando
más nos hacen falta son apenas la sombrilla
del equilibrista, le respondo tantas veces
sobrevivimos solo por saber los nombres
no caemos, no morimos, solo quien nunca
estuvo suelto en el trapecio desprecia el equilibrio
se burla del viento, son las palabras las que nos arrojan
hacia lo alto, donde es mejor vivir,
de donde es mejor caer.
ROMÁNTICA
Cuántos de nosotros querrían vivir no la vida
sino la película, cuando la vida no es vida
y no se muere en la muerte y lo que acaba
no se pudre porque pronto hay otro set;
vida en que se pasa a salvo de un día
a otro sin la semana entre medio;
vivir bajo las órdenes de un destino
ya escrito y conocido previamente
que vivimos sin vivirlo. La fuerza de los fuertes
que vuelan; bandos que matan sin matar;
débiles que no desisten; valientes que al final
se vengan. Tantos de nosotros desearíamos
haber vivido y haber amado amores desgraciados,
cuya belleza, tan bella, era más bella que
el dolor y el dolor era más bello que doliente.
Queríamos que fuese no la vida, sino
la escena y la canción creciendo en el momento
preciso de la alegría, el instante del beso,
del clímax. Close: si nos equivocáramos,
de inmediato, la voz de un Dios diciendo
¡corten!
TIMES OLD ROMAN
Quer que o diga, não o digo,
o teu nome já não brilha
não o digo sob as cinzas
de janeiros muito antigos
mal respira nos escombros
desse breve apartamento
o teu nome quem diria
não é coisa que se diga
som de um som que
se partira não insista
já não tento já não posso
é simples o que te digo
e te digo sem remorso
calmamente sim repito
sem espanto não o digo
nenhuma pedra se move
rio seco letra morta.
UMA GAIVOTA VIESSE
O amigo, em Lisboa, pergunta o que quero de Lisboa;
nada, respondo, não quero senão o que não vem nos postais
mais um ou dois postais de lugares onde nunca fui feliz
e, ainda assim, agora e sempre, eu quis, não quero, Alberto,
de Lisboa senão o que ela não dá, o que ela guarda e é [preciso
roubar, a secreta alegria que não cabe nos guias de turismo,
quero isso, mais uma ou duas coisas que vêm nos guias de [turismo.
Vê esses rapazese moças de olhos azuis? São holandeses.
Esses deuses e essas flores azuis? São azulejos. Como [trazê-los?
De nada valem os antiquários; quando voltamos de Lisboa, [tudo
o que trazemos, percebemos, está partido, por isso, Alberto,
não vale a pena trazer nada, que daí só trazemos, sem dar [conta,
o que nos parte,
o que nos corta,
mal fechamos a mala, mal abrimos a porta.
MELANCOLIA
Uma cópia do nosso quarto, cada coisa, e pedaços da [paisagem lá fora;
não se trata de dor ou desespero, é apenas a cópia da minha [alegria;
uma cópia das suas mãos abertas, paradas, uma cópia do [seu carinho,
uma cópia de seus olhos, uma cópia idêntica do seu modo [de olhar,
em preto e branco, cópias das tardes que hoje eram sempre [a luz,
como tangerinas, das noites em que parece arder um metal [diferente,
sua voz, o cabelo, uma festa, a cópia do seu colar, da sua [lágrima,
uns amigos, você sorri; não são a dor o desespero, são só as [ruas,
cópias das ruas, milhões, que deslizam e não dependen
de nós.
Todos estão cegos, Todos estão loucos. Todos estão mortos.
Deuses habilidade súplica suborno não têm nenhum poder
e nos lançamos ao destino, ao veredito da sorte, ás leis do [acúmulo,
rios hotéis palaces suites, reproduções disso e daquilo, do [que
não vemos nem saberemos, imagens não me sirvam de [consolo
mas quando sejam o horror guardem ainda alguma beleza, a [cópia
da beleza quando éramos nos dois e o mundo; não é o fim,
é o dedo de ninguém sobre a tecla que nos copia, somos nós
sem nós em cópias, á perfeita e sem fim ilusão, à perfeição
da vertigem.
GRAÇA E SEMPRE
Um, a ideia o deu;
dois, algum esforço,
e ainda outro;
é neste verso, o quarto, que ela chega
e interrompe,
quando a melancolia
maquinava um daqueles poemas,
mas a grande obra toda se desfez na luz repentina que
me sorria.
SOPHIA DE MELLO BREYNER ANDRESEN
Foi Gastão Cruz quem, em Lisboa, me levou
a ela, a velha senhora, a senhora bela;
era um dia diadema, de azul líquido e sim
simultaneamente matemático;
nenhum de nós morreria naquele outono
de arames claros: a hora como que se curvava
quando Sophia falava, e então
todas as palavras eram numeros mágicos.
LEIA ABAIXO UM DOS POEMAS
Ana diz as palavras faltam quando
mais se precisa delas são apenas a sombrinha
do equilibrista, digo a Ana tantas vezes
sobrevivemos só por saber os nomes
não caímos não morremos, só quem nunca
esteve bambo no trapézio despreza o equilíbrio
zomba do vento, são as palavras que botam
a gente no alto, onde é melhor viver
de onde é melhor cair.
ROMÂNTICA
Quantos de nós quereriam viver não a vida
mas o filme, quando a vida não é vida
e não se morre na morte e o que finda
não apodrece porque logo é outro set;
vida em que se passa a salvo de um dia
a outro sem que se viva a semana entre
[eles;
viver sob as ordens de um destino
por escrito que sabemos previamente
e o vivemos sem vivê-lo. A força dos fortes
que voam; bandos que matam sem matar;
fracos que não desistem; bravos que no fim
se vingam. Tantos de nós desejaríamos
ter vivido e ter amado amores desgraçados,
cuja beleza, tão bela, era mais bela que
a dor e a dor era mais a beleza que o doer.
Queríamos que fosse não a vida, mas
a cena e a canção crescendo no momento
certo de alegria, no instante do beijo,
no clímax. Close: quando errássemos,
bem na hora, a voz de um Deus dizendo
corta!