A continuación las estudiantes de la Licenciatura en Lengua y Literatura, Ángela Bobadilla, Almendra Fuentes y María Jesús Fuentealba, presentan esta entrevista a la autora argentina de literatura juvenil, Mar Petryk (1992), conocida por sus fascinantes libros El pecador de Oxford (2022), Eximidos (2023) y su última publicación Hasta que deje de doler (2024).
Angela Bobadilla: Los lectores de narrativa juvenil muchas veces están acostumbrados a que el espacio narrativo de las novelas que leen no sea latinoamericano, pero tú usas mucho el espacio argentino en tu narrativa….
Como escritora busco que el lugar donde está situada la historia sea funcional a la trama y al estilo que pretendo darle. Tengo novelas que transcurren íntegramente en Latinoamérica y otras que no. Considero que, cuando se tiene muchos libros publicados, variar la locación es importante para cambiar de aires y de paisajes. De todos modos, siempre me gusta incluir algún guiño a la cultura argentina. Visitar una ciudad argentina o hacer aparecer algún personaje de nuestro, le aporta frescura a la trama y a los lectores les agrada.
María Jesús Fuentealba: ¿Cuál crees que es la clave para construir ambientes con los que tu lector se puede identificar fácilmente? ¿Qué buscas con esto en cuanto al estilo narrativo?
Al momento de pensar en la ambientación y el tono, es clave recurrir a los sentidos. Describir a través de sensaciones o percepciones hace que el lector se adentre fácilmente en el mundo que estás mostrándole.
AB: En tu libro Eximidos exploras ciertos aspectos de la vida de los personajes que son sumamente tristes. Algunos autores nunca consiguen plasmar estas realidades, pero tú lo logras muy bien en el libro. ¿Cómo ha sido para ti el proceso de construir espacios narrativos desde el dolor, el abandono y el agobio?
Para mí la escritura está atravesada por emociones. Cada escritor elige qué emociones quiere plasmar, qué busca despertar en el lector. Hablar de dolor es natural para mí. Por alguna razón me siento atraída por las historias tristes, y a la vez por la belleza que se puede encontrar en la resiliencia. Escribir desde el dolor y la crudeza es un proceso crudo y, por momentos, desgastante. Pero es muy satisfactorio ver cómo esas historias tan dolorosas dejan huella en la gente, cómo dejan algo en lo que pensar, algo que valorar, algo que comprender.
MJ: ¿De dónde viene la inspiración para construir estos personajes con pasados marcados por el dolor, y cuál es la finalidad literaria de este enfoque?
En mi trabajo como docente tuve la dicha, o la desgracia, de trabajar con adolescentes que atraviesan realidades de violencia o pobreza extrema. Los escuché, los acompañé, los vi sanarse, los vi bajar los brazos. A veces creo que comencé a escribir sobre vivencias tan crudas porque no sabía qué hacer con todo lo que me contaban, con todo el dolor que depositaban en mí para desahogarse. La escritura fue una manera de transformar en algo positivo la impotencia que te hace sentir no poder arreglar sus problemas. A nivel literario, me interesa tocar temas profundos que no suelen abordarse con naturalidad y crudeza. Busco pinchar la burbuja del lector e invitarlo a sentir otras realidades.
MJ: ¿Cómo trabajas para construir a tus personajes? ¿Investigas en prensa, entrevistas? ¿Qué materiales previos usas?
En cuanto a personajes lo más importante es que se sientan reales, imperfectos, llenos de matices. Nadie es bueno o malo al cien por ciento, tenemos defectos, días en los que somos mejores o peores personas. La realidad me inspira mucho, observar cómo se comporta la gente que me rodea, cómo se expresa, se mueve. Luego, dependiendo del rol que ese personaje tenga en la historia, investigo. Recurro a todas las fuentes posibles, desde Internet hasta libros.
Almendra Fuentes: ¿La creación personajes como los de Aaron y Ethan en El pecador de Oxford, implica un trabajo particular?
El villano o los personajes exóticos siempre traen un trabajo extra. En este caso, más investigación para construir un buen líder de secta (Aaron) o para describir las peculiaridades que caracterizan a Ethan. Al mismo tiempo, resultan los más entretenidos a la hora de trabajarlos.
AB: Al momento de escribir tus historias ¿qué es lo que te ayuda a no caer en personajes repetitivos?
Cuando se tiene muchos libros situados en un contexto realista y cotidiano, esto es algo complicado. Las personas tenemos en común más de lo que pensamos. Intento diferenciarlos a través de sus gustos, defectos y virtudes. El entorno ayuda mucho, el trabajo o la vida que lleven determinará ciertos rasgos del personaje.
AF: Cuando utilizas el recurso de las cartas en El pecador de Oxford, sobre todo las cartas de Aaron, ¿cómo consigues transmitir la sensación de dependencia que tiene Aaron con Isabelle?
Hay un momento, durante la creación de una historia, en que los personajes toman las riendas, se vuelven autónomos y ya no pueden ser manejados por el autor. Para mí, ese instante es clave para sentir que estás yendo por buen camino. Con Aaron eso sucedió de inmediato. Él era tan real como vos o yo, creo que por eso se sienten tan naturales sus cartas, tan vívidas. Y porque apelan a las emociones. Conocemos ese amor enfermizo y esa devoción que él siente por Isabelle a través de sus sentidos.
AF: ¿Cómo consigues que El pecador de Oxford no se sature de personajes secundarios? Nosotras vemos que van muriendo personajes secundarios como Madison y Logan y llegan otros nuevos como Hamilton y Equis.
La clave de los personajes secundarios es que todos tengan una función. Si un personaje no es funcional a la trama, sobra. Todos los personajes que van apareciendo y sumándose a lo largo de la historia están ahí con un objetivo, eso hace que no sea abrumador.
MJ: ¿Tiene complicaciones trabajar con dos personajes antagonistas o villanos dentro de la obra? ¿Cómo consigues que a pesar de sus similitudes Aaron y Ethan sean a la vez ttan diferentes?
No, creo que eso es enriquecedor en algunas obras. Se los puede diferenciar a través de las motivaciones. Ambos tienen objetivos diferentes, además de sus peculiaridades. El objetivo y la motivación son muy importantes a la hora de crear villanos.
AF: ¿Cómo conseguiste que los lectores no se antepusieran a los hechos en el desarrollo de Isabelle como personaje?
Dosificando la información, revelando de a poco las pistas para que fueran uniendo el rompecabezas. En el género del thriller o misterio, las pistas son muy importantes para el giro argumental.
AB: ¿Sientes que los saltos temporales que se dan en los últimos capítulos del Pecador de Oxford hacen que los procesos de rehabilitación de Isabelle y Gael se sientan poco relevantes para el final de la trama?
El proceso de sanación de ambos no tenía lugar en una vorágine tan sangrienta. Extender la novela detallando este proceso le hubiera quitado impacto al final. Sería un cambio muy abrupto de sensaciones.
AF: ¿Crear personajes infantiles y someterlos a hechos traumáticos implica algún manejo en especial? Por ejemplo, la escena en que entierran vivo a Tayler cuando lo entierran vivo….
Los niños son los que más sufren, eso es una certeza. Es muy importante hablar de todo tipo de violencia infantil, visibilizarlo con el cuidado que merece y concientizar. Creo que se puede escribir sobre todo, siempre que un tema se trate con respeto, con investigación y no se romantice.