Como en Argentina el nacimiento de la revista Proa y en Chile la lectura del manifiesto Non serviam de Vicente Huidobro, el hecho fundacional de la literatura y aún del arte brasileño del siglo XX es la Semana de Arte Moderno, celebrada en São Paulo en 1922. Bajo el liderazgo de Oswald de Andrade, un grupo de jóvenes artistas y escritores intentó romper con el academicismo literario y la poesía local afrancesada, de filiación parnasiana, replicando el gesto subversivo de los primeros vanguardistas europeos, pero con propuestas pertinentes a la identidad latinoamericana. Esta ruptura le permitió a Brasil descubrir e instalar su propia originalidad, de lo cual el documento paradigmático es el famoso Manifiesto antropófago de 1928, firmado también por Andrade.
Una de las características distintivas de la ruptura brasileña es el largo alcance que tiene a partir de entonces. En Situación de la Poesía Concreta y otros ensayos sobre poesía brasileña (libros de la resistencia, Madrid 2013), que son “Tendência: poesía y crítica en situación” y “Cuestiones fundamentales de la poesía praxis”, Ángel Crespo y Pilar Gómez Bedate nos señalan implícita pero insistentemente este alcance. Publicados en España durante los años 60, en la Revista de Cultura Brasileña y mientras aún evolucionaba el proceso estudiado en ellos, los tres ensayos registran la recepción académica inmediata de la posvanguardia brasileña, encabezada por los grupos Noigandres, Tendência y Praxis. Si bien el costo de lo anterior es una perspectiva limitada del fenómeno –aunque en gran parte los ensayos siguen vigentes: es la apuesta de los editores–, nos dejan percibir, por ejemplo, los primeros esfuerzos por resaltar la seriedad y sistematicidad de esta poesía, marcadamente experimental y con un fuerte énfasis en la visualidad del poema, en un momento inicial en que fue objeto de burlas e incomprensiones.
También se pone de relieve su raigambre en la tradición, el hecho de que tendrá siempre en mente las inquietudes formales y filosóficas instaladas por la ruptura de 1922. Pero la típica figura del poeta vanguardista -representada en este caso por Oswald de Andrade- con su manifiesto agresivo y a menudo impracticable, se transformará en los grupos mencionados en la costumbre de reflexionar con tenacidad sobre la labor poética. Una de las virtudes del libro es, justamente, el detenido análisis de los postulados de los poetas teóricos, altamente conscientes de su oficio y premunidos en ocasiones de un bagaje y una claridad reflexiva difíciles de encontrar tan acumulados en otros lugares. Es crucial, al respecto, la influencia de João Cabral de Melo Neto, por antonomasia el poeta pensador y camaleónico, capaz de transitar con éxito desde la poesía pura hasta la poesía social.
El primero de los grupos tratados, y quizá el más influyente, Noigandres, estuvo conformado en sus inicios por Décio Pignatari y los hermanos Haroldo y Augusto de Campos, y comenzó su labor en la revista del mismo nombre entre 1952 y 1962. Su influencia fundamental es la de Ezra Pound. En uno de sus versos el poeta norteamericano se pregunta por el significado de la palabra noigandres que figura en un verso del trovador languedociano Arnault Daniel —“una flor cuyo fruto es amor / y goce su semilla y su perfume de noigandres”—, a quien Dante describiera como “il migglior fabro del parlar materno”, cita que T.S. Eliot escoge a su vez para homenajear a Pound en la dedicatoria de La tierra baldía. Se aprecia en este ejemplo la constelación poética que rodea al grupo brasileño, enriquecida por su interés en el ideograma chino y los principios compositivos de la música contemporánea. Según los concretistas, lo sintáctico-discursivo ya habría agotado sus baterías, y se empeñan en explotar el dictamen de Apollinaire de que “nuestra inteligencia se acostumbre a comprender sintético-ideográficamente en lugar de analítico-discursivamente”. La idea es que el poema impacte en conjunto los sentidos y no se limite a la transmisión de un mensaje. Es, de hecho, lo que de una manera ejemplar sucede en el siguiente ejercicio de Ronaldo Azeredo:
Crespo y Gómez Bedate nos dejan bien claro, eso sí, que, contra lo que pudiera pensarse, el proyecto concretista no se limita a un ocioso juego técnico: la revolución política requiere un cambio mental y éste supone la revolución lingüística que el grupo intenta llevar a cabo. El nuevo arte brasileño, por lo tanto, debe adaptarse al contexto y ubicarse en el cruce de lo nacional y lo universal, evitando así un cosmopolitismo sin identidad propia o un nacionalismo exotista.
El segundo ensayo indaga en la actividad del grupo Tendência, surgido en el Estado de Minas Gerais a partir de la publicación de la revista homónima en 1957. Su consigna es “la investigación del sentimiento nacional” que, en principio, se opone al cosmopolitismo de los concretistas, pero luego se abrirán al debate teórico con Pignatari y compañía. Además, celebrarán su propia Semana de Poesía de Vanguardia, en 1963. Conformado principalmente por críticos, el grupo defiende una literatura abocada al mejoramiento social, teniendo en vistas a los pobladores del Nordeste brasileño, de clima desértico y pobreza endémica, conocido como el sertón. Estos postulados se inspiran, con observancia, en las reflexiones que por esa época desarrollaban pensadores como Jean Paul Sartre y Georg Lukács. Se trata de una responsabilidad política en sentido amplio: la literatura debe entrar en diálogo constructivo con la sociedad en que se produce, con el fin de edificar un futuro más inclusivo de los ámbitos tradicionales que la modernización excluye.
El último ensayo revisa la propuesta de Mário Chamie, cabecilla y único integrante de la llamada poesía Praxis que toma una posición belicosa, más típicamente vanguardista. Después de unos inicios ligados al concretismo rompe con ellos para considerar su movimiento como la única expresión de auténtica vanguardia en el Brasil. El texto central donde ofrece su programa es el “Manifiesto-Didáctico Praxis” incluido en Lavra Lavra de 1962, y posteriormente en la revista Praxis. En su búsqueda de “la vida autónoma de la palabra” Chamie se empeña en una manipulación clara y racional del lenguaje poético. Como los grupos anteriores, se encamina hacia un cambio de paradigma desde una comprensión gramatical a una ideogramática.
La lectura de los tres estudios permite sacar ciertas conclusiones generales. Por ejemplo, que la historia del vanguardismo brasileño —desde la Semana de Arte moderno hasta Tendência, al menos— carece de la inocencia de otras tradiciones que aspiraban a la ruptura total con el pasado. Aunque Oswald de Andrade se enfrentara a los resabios parnasianos resguardados por eruditos y académicos, finalmente propone tragarse el pasado —con lo amoroso y violento que ello implica— para generar lo nuevo; mientras más variados los ingredientes del banquete tanto más vigoroso el resultado. En este sentido, es inmejorable su metáfora antropófaga, pues evidencia una comprensión profunda del mecanismo dialéctico de la historia y la cultura. Lo mismo se aplica a Noigandres y Tendência, siempre en diálogo con sus predecesores y contemporáneos. Otro aspecto que resalta en este proceso es la preocupación constante por la funcionalidad de la poesía respecto de la sociedad.
Si algún defecto puede señalarse en Situación de la Poesía Concreta, es, en mi opinión, la ausencia de una traducción para los poemas citados; hubiera sido deseable que se efectuara en modalidad bilingüe, a pie de página, pues de otra manera se pierde la composición visual. Sobre todo porque se trata de una tradición poética históricamente soslayada por la academia y los lectores hispanoparlantes, pero los autores incluso llegan a citar en catalán sin ofrecer un traslado. La antología Concretismo de José de Souza Rodrigues, por ejemplo, evitando el desliz de recomponer en español los artefactos visuales, ofrece una traducción a pie de página para que sea el lector mismo quien efectúe el traslado verbo-visual.
Este defecto, en cambio, se ve compensado por un trabajo sólido, apoyado en un abundante corpus de poemas, textos programáticos y entrevistas de prensa. La lectura global se sustenta en minuciosos análisis textuales y resalta por su consistencia a la hora de reconocer una tradición en el sentido fuerte de la palabra: Situación de la Poesía Concreta hace visible la coherencia interna del proceso posvanguardista brasileño, las interconexiones, continuidades y rupturas, así como los interesantes debates ideológicos y formales que lo mantuvieron activo, lo cual no es evidente sin un trabajo abarcador y bien documentado como el que nos ofrecen Crespo y Gómez Bedate.