¡Tres cartas nos trae el correo esta semana! Cartas que anuncian, conmemoran y comentan la aparición del nuevo libro-disco de Rubí Carreño y Felipe Moreno, “Cantando me amaneciera”. La primera es de su autora y está dirigida a todos los lectores y lectoras de nuestra revista. Las siguientes dos cartas son entre Rubí y Soledad Bianchi, una de las primeras críticas chilenas en escribir sobre música popular en la revista Araucaria. Además, tenemos aquí la misiva-madre: el link para escuchar este bello canto a lo humano que celebra el prodigioso nacimiento de un niño en plena pandemia:
https://cantandomeamaneciera.bandcamp.com/releases
A quienes nos escuchen y lean:
“Cantando me amaneciera” es un trabajo literario y musical hecho en colaboración con el compositor y guitarrista Felipe Moreno. Toma su nombre de la tradición poética popular chilena de canto a lo humano, pues concibe el arte como una instancia que se elabora colectivamente para una comunidad y porque nuestro trabajo admira y se nutre de la cultura popular campesina. No es un audio-libro, pues no se trata solo de leer lo ya escrito sino de escribir con el propósito de que pueda ser escuchado: es literatura inclusiva pensada para los oídos. Es un libro-disco que se inspira en los que se hicieron entre músicos y escritores en los democráticos albores de los años setenta, como Los cuatro de Chile cantando a Oscar Castro o Joan Manuel Serrat interpretando a Miguel Hernández o el de Raúl Gardy enseñando a tocar guitarra y las composiciones de algunos jóvenes de la Nueva Canción Chilena en una alianza feliz entre música y literatura para que la cultura llegara al cotidiano, al día a día, a quien pudiera leer trabajando y silbando. Esto solo ocurre cuando llegan la voz y la música a la palabra escrita –señorita a la que siempre hay que sacar de su anaquel– para que baile, mientras que la voz y la música son sonido y movimiento. También se inspira en las crónicas de Pedro Lemebel, leídas originalmente en Radio Tierra y que luego conformaron libros que no perdieron la cercanía con la gente, tan necesaria en estos tiempos de distanciamiento físico.
En cuanto a la música, compuesta e interpretada por Felipe Moreno, está realizada sobre la base de afinaciones traspuestas –propias de la guitarra campesina y del guitarrón chileno– que se fusiona con un estilo personalísimo y a la vez nutrido con el influjo de distintos artistas y propuestas, tanto del jazz, como del extenso Valle Central chileno. La mayoría de la música pertenece al disco “Con Guitarra y Guitarrón”, salvo algunas composiciones realizadas especialmente para este disco, y los textos han sido creados especialmente para este proyecto. Ojalá nuestras letras y notas te toquen con amor y delicadeza y te traigan recuerdos y esperanza de la tierra entera como hogar. Queremos entregar alegría a quienes están, como nosotros, confinados, ser un poco de aire en el encierro. El disco celebra un nacimiento en pandemia y, con él, la esperanza en que la vida será y debe ser mejor y más buena.
Querida Soledad:
“Estoy preparando un ramo, de flores y melodías, lo voy haciendo de noche, te llegará por el día” es la canción de Isabel Parra que anuncia este envío. Siempre admiré tu trabajo tan libre, preciso y vinculado con Chile, más allá de toda distancia. Fuiste una de las primeras críticas chilenas en escribir sobre música popular en la revista Araucaria, además, con gran calidad literaria, pensé, entonces, que este libro-disco llegaría a buenas manos, a excelentes oídos. La música e interpretación es de mi querido amigo Felipe Moreno quien al igual que yo se nutre, entre otras fuentes, de las tradiciones campesinas del Valle Central. No se puede llorar y cantar al mismo tiempo, y el que nace chicharra, ya lo sabes, vive, cantando. El disco celebra un nacimiento, el de Baltasar, hijo de Felipe, en plena pandemia y con él la esperanza en que la vida es y será, mejor, más buena: “Como olivo generoso, en cuerpo y alma creciera, su manito trae el alba, cantando me amaneciera”.
Con cariño y gratitud,
Rubí.
Rubí querida:
Me sorprendiste con tu envío “Cantando me amaneciera”, que te agradezco muy de verdad. Me gusta que hayas podido hacer algo que querías y que, seguramente, tenías “atragantado” hace tiempo. Muchas son las razones para felicitarte. En primer lugar, sin duda, tus poemas que, entre muchos rasgos positivos, acogen tan bien la “historia”, la tuya y la de muchos más (entre los que me cuento) con ternura, humor y sin desligarse de lo sucedido, pero añadiéndole sueños, briznitas del jardín, astros, personas, canciones… y nos hacen compañía y nos reúnen en amistad y afectos. También porque –como en otras ocasiones– no escondes lo que eres y te atreves a mostrarte. Por otra parte, porque tampoco ocultas tus emociones y… ¡las provocas, sin duda alguna! Y porque, es evidente, hay mucho amor en lo que dices y en compartirlo. Me gusta, además, que te hagas cargo de tradiciones nuestras y que, junto a respetarlas, o casi, las armes o inventes (aunque parezca contradicción). Y resulta admirable que hayas podido hacer este disco en estos tiempos pestilentes que tienden a desconcentrarnos… ¡En fin! Habría más que conversar, pero, mientras tanto, recibe mi abrazo grande y cariñoso,
Soledad.
Aqui el link: https://cantandomeamaneciera.bandcamp.com/releases
Letras: Rubí Carreño. Música: Felipe Moreno. Carátula: Ana Lea-Plaza.