Giovanni Raboni nació en Milano el 22 de enero de 1932. Traductor de Baudelaire, Apollinaire, Racine y Proust, publicó varios libros de poesía, desde Cadenza d’inganno a Rappresentazione della croce, además de dirigir la influyente colección de poesía de Scheiwiller en Milano. Murió en Parma en 2004. Los dos poemas aquí presentados pertenecen a su libro Versi guerrieri e amorosi publicado en 1990 por Einaudi. Conservé la ausencia de puntuación del original sin marcar las pausas internas de algunos versos ni simplificar la lectura del original en la que se aprecian, además, las suaves rimas italianas, perdidas sino por accidente, lamentablemente, en mi traducción.
Non facevano fumo né rumore Nei piazzali ghiacciati le corriere Degli sfollati in quelle bianche sere Di prima guerra e antico doloreFagocitando e cancellando a schiere I silenziosi corpi traghettanti E negando anche il suono ai mille pianti Pagati all’invisibile nocchiereFinché infine in un tempo che non fa Mestiere d’abbandoni e di tormenti Sia il colore che l’audio non inventi Il marchingegno della tua pietà. |
No hacían ruido ni humo En las explanadas heladas los buses De evacuados en esas tardes blancas De inicios de guerra y antiguo dolorTragando y borrando a montones Los silenciosos cuerpos en tránsito Y negando también el sonido a millares de llantos Pagados al invisible pilotoHasta que al fin en un tiempo que no hace Oficio de abandonos y tormentos El color y el audio inventen El mecanismo de tu piedad. |
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Che gioia nominarle ignote e già Familiari per tipo e tonnellaggio Immobili allo sbarco o ancora in viaggio Per la costa normanna le unitàNavali traghettanti libertà Su questa amara trepidante riva D’Europa! Come il mare, si gremiva Di futuro la fosca verità.Eppure, vedi, mai vittoria fu Così vana o più forte la deriva. Con la dolcezza di saperti viva Tutto rivive in me tranne la virtù. |
¡Qué alegría nombrarlas desconocidas y ya Familiares por el tipo y el tonelaje Inmóviles en el desembarco o aún en viaje Por la costa normanda, las unidadesNavales que traen la libertad A esta amarga y trepidante orilla De Europa! Como el mar, se atestaba De futuro la lúgubre verdad.Sin embargo, sabes, nunca una victoria fue Tan vana o más fuerte la deriva. Con la dulzura de saberte viva Todo revive en mí salvo la virtud. |